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Poderosa -y muy completa- Oración Carismática suplicando por CURACION FISICA Y SANIDAD INTERIOR, dirigida por el Padre Moisés Lárraga Medellín, acompañado del Ministerio de Música NACE, con Oracion en Lenguas.
Es muy eficaz para EXORCISAR, LIBERAR, y romper todo tipo de ataduras y ataques del Enemigo; así como para rogar por la Sanación de cualquier enfermedad física y/o espiritual.
Señor Dios, Jesús: te adoramos por los que no te adoran, esperamos por los que no esperan, pedimos perdón por los que no piden perdón.
Te recibimos Señor Jesús pidiéndote que bendigas estos cirios.
Señor Dios tu Palabra santifica todas las cosas. Por esta Palabra tuya y por el amor a tu Hijo tan amado, te pedimos que bendigas estas luces para que sean signo de tu presencia en esta alabanza de liberación, y cada vez que las encendamos en nuestras casas recibamos de ti tu protección, ayuda y amparo.
Ven Espíritu Santo ¡ven a iluminar nuestros corazones!, danos un rayo de luz para iluminar todo nuestro interior. Bendito sea el Señor ¡Santo eres Señor! ¡Gloria, gloria a tu Nombre!
( + Nos santiguamos) En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Invoco a todos los Ángeles y a los Santos. Me dirijo a ti bendita Virgen María Madre Santísima, Reina de toda la Creación: te pido tu bendición, tu protección y tu intercesión. Invoco la protección y ayuda de San Miguel Arcángel, líder de los ejércitos celestiales; de todos los Arcángeles y Ángeles. Me uno a la alabanza, adoración y gloria dada a nuestro Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Invoco en el Nombre de Jesús la bendición, protección y ayuda de todos los Patriarcas; los discípulos de Jesús, los Confesores, las vírgenes y los mártires; los Apóstoles, y de todos los Santos que han existido y que existen.
En el Nombre de Jesús entro en comunión con la Santa Iglesia de Cristo aquí presente, y la Santa Iglesia de Cristo Universal. Ratifico mi fe en el Santo Nombre de Jesús y en su Preciosa Sangre. En el Nombre de Jesús renuncio al pecado, renuncio a Satanás y sus trabajos de maldad; me entrego totalmente a Jesucristo para la gloria de Dios.
Dios Padre Creador de los Cielos y de la Tierra, de todo lo visible y lo invisible ¡Padre amadísimo!, en unión con la Virgen María, los Ángeles y los Santos, te hablo humildemente en el Nombre de Jesús. Te exalto y te magnifico por tu Grandeza inigualable, te alabo por todas tus perfecciones y atributos; te adoro y te doy gracias por el regalo de mi vida y por permitirme estar en tu Santa Presencia.
¡Padre amado! tu conoces mi intención, sabes que somos oprimidos por aquellos espíritus rebeldes que nos incitan al pecado y que nos hacen estar lejos de ti. Señor yo he pecado por mi propio deseo y te confieso mi culpa, por favor borra las huellas de mi pecado y acepta mi Oración en el Nombre glorioso de Jesús.
Señor Dios Todopoderoso: en el Nombre de Jesús te pido mi liberación y la liberación de todos los que sienten la influencia del Maligno en sus vidas, en el Santo Nombre de Jesús ¡cúbreme con tu Preciosa Sangre!, y libera a todos estos que están aquí.
Señor Dios, Supremo Rey del Universo, Padre de todos los espíritus, te alabo y te doy gracias por haberme enseñado la grandeza del Santo Nombre de Jesús. Me arrodillo en unión de toda rodilla en el Cielo y en la Tierra y debajo de la Tierra, y confieso con toda lengua que Jesús es el Señor, para la Gloria de Dios Omnipotente.
Padre amado, te exalto y te alabo por tu generosidad, te exalto con la raza humana por aceptar el Sacrificio de tu amadísimo Hijo nuestro Señor Jesucristo, en reparación de todos nuestros pecados; por permitir que la Preciosa Sangre de Cristo lave nuestras almas y nos purifique de nuevo en tu Santa Imagen ¡Bendito seas Dios Padre Misericordioso! que nos has enviado a tu Hijo para que a través de su Preciosa Sangre podamos ser salvados del pecado y liberados de nuestro Enemigo el Demonio.
¡Padre amado! con el Poder del Santo Nombre de Jesús y de su Preciosa Sangre, libérame Señor de todo espíritu maligno que tenga influencia sobre mi ¡desátame Señor de las cadenas que me unen a la maldad!, y libera a todos estos hombres y mujeres que están aquí escuchando. Dios Padre Todopoderoso, en el Nombre de Jesús te pido que ganes esta batalla; tengo fe en tu Poder, alabo tu Majestad ¡exalto tu autoridad sobre el Enemigo!, confío totalmente en que tu estás haciendo este trabajo para mi salvación y la salvación de aquellos por quienes estoy rezando.
Libera Señor, suspende para siempre la opresión del Enemigo ¡establece tu dominio! ¡Ahuyenta con tu Preciosa Sangre a todos tus Enemigos! ¡Revela tu Gloria Cristo!, tu has vencido al Demonio en la Cruz ¡saca al Enemigo fuera de nuestras vidas para tu honor y para tu Gloria en el Santo Nombre de Jesús! ¡Cúbrenos con tu Preciosa Sangre y libera este pueblo que está escuchando esta Oración!
Señor Jesús, me arrepiento de todos los pecados que he cometido a lo largo de mi vida, y te pido, Señor ¡perdón!; pasa por toda mi vida desde el momento de mi concepción; pasa por la vida de todos estos: sánales del amor que pudo haberles faltado ¡llénalos de tu amor! bendice a sus padres antes de su nacimiento, borra cualquier lujuria que haya habido en ellos ¡purifícalos con tu Preciosa Sangre ho Dios Omnipotente que lo puedes todo!, bendice mi vida y bendice la vida de ellos desde sus comienzos ¡bendice mi niñez y bendice su niñez!, bendice nuestra juventud.
A lo largo de nuestra vida hazte presente con autoridad para liberarnos de cualquier influencia diabólica que haya perturbado o que aún esté presente en nuestras vidas ¡limpia nuestras almas para que queden limpias y blancas como la nieve!
Señor Jesús: libérame de cualquier resentimiento que lleve en mi corazón y libera a éstos que están aquí, de cualquier resentimiento contra cualquier persona; contra su familia, con cualquier persona que haya conocido a lo largo de su vida.
¡Libéralos en el Santo Nombre de Jesús y cúbrelos con tu Preciosa Sangre!
Sáname Señor y sánalos a ellos de cualquier resentimiento que lleven en contra tuya por habernos sentido ofendidos con nuestro destino, el cual es tu Santa Voluntad. En tu Santo Nombre cúbrenos con tu Preciosa Sangre ¡Señor Jesús, vengo humildemente ante tu Cuerpo Crucificado y ante esta Hostia Consagrada!, ahí en esa Cruz donde tu recibiste todas las consecuencias de nuestro pecado, nuestras enfermedades, nuestras debilidades y la muerte.
Señor Jesús en tu Santo Nombre humildemente imploro tu Misericordia, y te pido por los méritos de tu Pasión, agonía y muerte; por los méritos de las penas del Inmaculado Corazón de María, que sanes, que me sanes y no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia.
Señor Jesús, tu eres el mismo ayer, hoy y siempre; en tu Santo Nombre glorioso te pido que pases tu mano santa, sanando sus dolencias y ungiéndolos con tu Espíritu. Tu conoces sus problemas, sáname Señor y sana a todos estos que están escuchando mi Oración.
Señor Jesús, tu eres el Dios que nos sana: hoy me despojo de mis enfermedades y los despojo de sus enfermedades en tu Santo Nombre y te (las) entrego a ti en tu Santo Nombre para que dispongas de acuerdo a tu Misericordia.
No sea mi voluntad sino la tuya; has tu trabajo Señor para la Gloria del Santo Nombre de Jesús ¡sáname Señor Jesús por el Poder de tu Nombre! ¡Sánanos Señor Jesús por los méritos de tus Santas Heridas! ¡Sánanos Señor por los méritos de tu Preciosa Sangre! ¡Derrama sobre este pueblo el Poder de tu Sangre!
Señor yo no soy digno que entres a mi, pero una palabra tuya bastará para sanar mi alma. Pongo toda mi confianza en ti porque tú tienes el Poder de sanarme, porque eres nuestro Dios Misericordioso con caridad inigualable, porque me amas y has traído tu salvación a mi casa. Gracias Señor por tu Santo Nombre.
Señor Jesús, lávame con el hisopo y quedaré limpio. ¡Virgen María por tu intercesión gracias! Padre, Hijo y Espíritu Santo. Rocíame Señor con el hisopo y quedaré limpio, lávame y quedaré mas blanco que la nieve.
Que esta agua bendita Señor purifique a tu pueblo, santifique a tu pueblo, libere a tu pueblo.
“Misericordia Dios mío por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava del todo mi delito y limpia mi pecado, pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado, contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón, en el juicio brillará tu rectitud, mira que en la culpa nací, pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría; rocíame con el hisopo y quedaré limpio, lávame y quedaré mas blanco que la nieve. Por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava mi delito, limpia mi pecado, yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado. Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón, en el juicio brillará tu rectitud, mira que en la culpa nací, pecador me concibió mi madre.
Los sacrificios no te satisfacen, si te ofreciera un holocausto tu no lo querrías, tu lo que quieres es un corazón contrito y humillado. A un corazón quebrantado Señor tú nunca lo desprecias. Por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava mi delito, limpia mi pecado, pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado. Rocíame con el hisopo y quedaré limpio, lávame y quedaré mas blanco que la nieve.”
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí, su Nombre es Santo, su Misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón; derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes, a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo acordándose de su Misericordia, como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Señor oh Soberano de los siglos Omnipotente y Todopoderoso; tú que lo has hecho todo y que lo transformas todo con tu Santa Voluntad; tú que en Babilonia transformaste en rocío la llama del horno 7 veces más ardiente, y que protegiste y salvaste a tus 3 niños Santos; tú que eres doctor y médico de nuestras almas.
Tu que eres la salvación de aquellos que se dirigen a ti, te pido y te invocamos ¡has vana, expulsa, y pon en fuga a toda potencia diabólica!; toda presencia y maquinación Satánica, toda influencia maligna y todo maleficio o mal de ojo de personas maléficas y malvadas, realizados sobre tu siervo y sobre estos siervos tuyos. Has que en cambio de la envidia y el maleficio, obtengan abundancia de bienes, fuerza, éxito y caridad.
Tu Señor que amas a los hombres, extiende tu mano poderosa y tus brazos altísimos y potentes y ¡ven a socorrer y a visitar estas pobres imágenes tuyas, mandando sobre ellas el Ángel de la Paz!, fuerte y protector de sus almas y de sus cuerpos, que mantendrá alejado y expulsará cualquier fuerza malvada; todo envenenamiento y hechicería de personas corruptas y envidiosas, de modo que debajo de ti, tu suplicante protegido siervo te cante con gratitud: “El Señor es mi salvador y no tendré temor de lo que pueda hacerme el hombre.
No tendré temor del mal porque tú estás conmigo. Tu eres mi Dios, mi fuerza, mi Poderoso Señor”.
Señor de la Paz, Padre de los siglos futuros, si Señor Dios nuestro ¡ten compasión de tu Imagen y salva a tu siervo de todo daño! ¡Salva a este pueblo de toda amenaza procedente del maleficio y protégelo!, protégelo por encima de todo mal, por la intercesión de la más que bendita y gloriosa Señora, la Madre de Dios y Siempre Virgen María; de los resplandecientes Arcángeles y de todos tus Santos.
Espíritu del Señor ¡Espíritu de Dios! Padre, Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad Inmaculada; Ángeles, Arcángeles y Santos del Paraíso, descended sobre mi y sobre este pueblo. Fúndeme Señor, modélame, lléname de ti y utilízame. Dame fuerza y poder para poder expulsar de toda persona la fuerza del Mal. Cubre a tu siervo con el Poder del Altísimo para que pueda liberar a este pueblo.
Expulsa de mí todas las fuerzas del mal, aniquílalas, destrúyelas, para que yo pueda estar bien y hacer el bien. Revísteme con la armadura de la fe, lléname con la fuerza de tu Espíritu, lléname con el fuego de tu amor para que pueda liberar a estos hijos tuyos.
Expulsa de ellos y de mi los maleficios, las brujerías, la magia negra, las misas negras, los hechizos, las ataduras, las maldiciones y el mal de ojo; la infestación diabólica, la posesión diabólica y la obsesión y perfidia; todo lo que es mal, pecado...
...la envidia y los celos; la enfermedad física, psíquica, moral, espiritual y diabólica.
Quema todos estos males en el infierno, para que nunca más me toquen a mí ni a ninguno de estos que están aquí.
Ordeno y mando con la fuerza de Dios omnipotente, en el Nombre de Jesucristo el Salvador, y por la intercesión de la Virgen Inmaculada, a todos los espíritus inmundos, a todas las presencias que me molestan y que los molestan, que nos abandonen inmediatamente, que abandones a todos los que están aquí definitivamente y que se vayan al infierno eterno, encadenados por San Miguel Arcángel, por San Gabriel, por San Rafael, por nuestros ángeles custodios, aplastados bajo el talón de la Virgen Santísima Inmaculada. Yo se los ordeno en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
(Se ponen de pie y uds. con sus propias palabras expulsan los demonios que creen que los atacan: del alcoholismo, de la pornografía –expúlsalos diciendo- aléjate de aquí en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo)
San Miguel Arcángel se haga presente en medio de esta asamblea, que descienda envuelto en esa llama de fuego ¡que ate y amordace a todos los espíritus malignos, que estén perturbándonos en nuestra familia, en nuestra casa, en nuestra salud, en nuestro trabajo! ¡Salgan de aquí, yo se los ordeno en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo!
Señor Jesús, tú has venido a curar los corazones heridos y atribulados, te ruego que liberes a estos hijos tuyos:
De la angustia, la tristeza y las obsesiones, ¡Líbranos Señor!
Del odio, la fornicación y la envidia ¡Líbranos Señor!
de la pornografía, la lujuria y el adulterio ¡Líbranos Señor!
de la miseria, del hambre y de la peste ¡Líbranos Señor!
de todo desorden de sexualidad ¡Líbranos Señor!
de la homosexualidad ¡Líbranos Señor!
del orgullo, la soberbia y la mentira ¡Líbranos Señor!
del aborto ¡Líbranos Señor!
del resentimiento ¡Líbranos Señor!
de la tristeza ¡Líbranos Señor!
de la depresión ¡Líbranos Señor!
Señor Dios Espíritu Santo, Espíritu de Dios, el Padre y el Hijo; amor del Padre y amor del Hijo divino que sostiene el Universo. Dios Todopoderoso y Omnipotente que llenas la Creación con tu Santa Presencia, escúchame en el Nombre de Dios, del Padre y del Hijo, y bendíceme con tu amor. El Santo Nombre de Jesús cubra esta asamblea en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
¡Señor Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, en compañía de la Virgen María, de los Ángeles y de los Santos te bendigo y te alabo, te doy gracias y te glorifico porque hoy me has liberado!
(Alabanza al Señor)
Aléjate de aquí Satanás ¡trágate tu propio veneno!, yo te lo ordeno, en el Nombre de las Llagas de mi Señor Jesucristo y del Inmaculado Corazón de María, porque al Nombre de Jesús toda rodilla se dobla en el Cielo, en la Tierra y los abismos, y toda lengua proclama que Jesús es el Señor.
(Alabanza al Señor)
(Todos los que se quieran liberar en este momento de la opresión del alcoholismo hágase una + Cruz en la boca)
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ato y amordazo el espíritu maligno del alcoholismo y lo envío a los pies de Jesucristo ¡quedas atado y amordazado al los pies de Jesucristo el Señor, y no regreses mas a estos que se han hecho la Cruz!
Todos los que se quieran liberar de la droga y del tabaquismo, hágase una Cruz en la boca. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (y pasa al frente a dejar –deshacerse- de su droga, cigarros, fetiches, amuletos).
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Dice la Palabra de Dios: “Vi a Satanás desplomarse desde el cielo como un rayo”
Amén Señor Jesús.
(Canto: “Jesús es el Señor”)
Bendito seas Señor ¡alabado seas Señor! Señor Jesús ya nos has sanado del alma, ahora te pedimos que nos sanes del cuerpo. Padre Santo, Padre bueno, Padre Misericordioso ¡sea tu Nombre bendito de generación en generación!, tu eres el Alfa y el Omega, el principio y el fin. No se mueve ni la hoja de un árbol si tú no lo quieres.
Padre, tu Hijo Jesucristo nos dijo que todo lo que te pidiéramos en su Nombre tu nos lo concederías, hoy en el Nombre Glorioso de tu Hijo te pedimos por estos enfermos. Permítele a tu Hijo que los sane y que los toque ¡gracias Padre bueno, bendito seas!
Señor Jesús: creo que estás aquí presente en el Santísimo Sacramento del altar; hoy quiero pedirte mi Señor, por tu vida, Pasión y muerte; por tu gloriosa resurrección y ascensión a los Cielos, por la venida del Espíritu Santo, por tus 5 preciosas llagas, por el Poder de tu Sangre, por las lágrimas de María Santísima, que sanes a estos enfermos y que los toques, y que queden sanos según la Voluntad de Jesucristo el Señor.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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